💻 Dr Fernando de la Guía
Afectación del pericardio en los deportistas. Qué debemos saber sobre este tema.
Una enfermedad que es habitual en las consulta de cardiología del deporte es la pericarditis aguda. Incluso en los medios de comunicación, vemos noticias en relación con este proceso y deportistas de élite. Por ello, desde nuestro Blog queremos aclarar algunos conceptos, ya que se generan muchos comentarios.
¿Qué es el pericardio? Se trata de una membrana que recubre al
corazón. Está formado por 2 capas (la visceral y la parietal) y cumple la
misión de que el corazón ocupe una posición relativamente fija dentro de la
cavidad torácica con independencia de la posición corporal y la respiración.
Cuando el pericardio se inflama, nos
hallamos ante una pericarditis aguda.
¿Cuál es la causa más habitual? Idiopática,
es decir, de origen desconocido. La mayoría de las pericarditis agudas
idiopáticas son de origen vírico (ecovirus, adenovirus, coxcakievirus,
citomegalovirus, virus hepatitis B, mononucleosis infecciosa, VIH), aunque también
pueden tener su origen en una infección por bacterias (staphylococcus,
pneumococcus, streptococcus, micoplasma, etc), por micobacterias
(tuberculosis), por hongos y protozoos.
La forma de presentación más habitual es la de dolor en el pecho, dolor
torácico, con alteraciones en el electrocardiograma (ECG), como consecuencia de
la inflamación del tejido pericárdico. El dolor torácico suele tener unas
características diferentes a la que se presenta en casos de angina o infarto de
miocardio, con diferente irradiación (típica hacia la cresta del trapecio),
mejorando al sentarse inclinado hacia delante y empeorando al tumbarse. Suele
haber, aunque no siempre, un antecedente previo de fiebre o cuadro vírico, que
puede hacernos orientar el diagnóstico. A la auscultación cardíaca, puede estar
presente el roce pericárdico (que
ocasiona un sonido peculiar, como cuando se camina en la nieve, que desaparece
y reaparece).
¿Qué pruebas debemos
solicitar? Ante estos datos de sospecha de pericarditis aguda con la
historia clínica y una exhaustiva exploración física, deberemos siempre
realizar un ECG (elevación abombada
del segmento ST en todas las derivaciones excepto aVR, con descenso del
segmento PR en fases iniciales), un hemograma
(leve leucocitosis) y determinación de enzimas
cardíacas y troponina. Esto último es importante, porque algunos pacientes
con pericarditis aguda pueden asociar afectación del miocardio (músculo
cardíaco) y presentar una miopericarditis.
Otras pruebas
complementarias a realizar serían una radiografía de tórax para descartar
infiltrados pulmonares, derrames pleurales u otras lesiones; un ecocardiograma, que habitualmente es
normal, pero que en otros casos puede mostrar la presencia de derrame
pericárdico y nos es muy útil para valorar anatomía y función cardíaca
(conocida como función sistólica del ventrículo izquierdo o fracción de
eyección: FEVI).
¿Cómo evoluciona una
pericarditis? Habitualmente bien, sin
complicaciones en un 70-90% de pacientes, aunque es cierto que algunos
presentan recurrencias, con nuevos episodios de dolor en el pecho tras
finalizar el tratamiento. Este tratamiento suele consistir en
antiinflamatorios, ya que como hemos indicado, se trata de una inflamación del
pericardio. Se suele emplear aspirina (AAS) o antiinflamatorios no esteroideos
(AINEs) y la respuesta suele ser positiva. En ocasiones, si el dolor es más
resistente o hay recaídas, se emplea la colchicina que ha demostrado su
efectividad en numerosos estudios, sobre todo en el 15-30% de pacientes que
presentan recurrencias. Así pues, la evolución suele ser buena, pero hay que
insistir al paciente que pueden surgir complicaciones, incluso serias (derrame
pericárdico masivo y taponamiento cardiaco), por lo que es importante un buen
control y seguimiento.
¿Cuáles son las
recomendaciones actuales ante un deportista con pericarditis aguda?
Ciertamente, actualmente
la cardiología del deporte ha avanzado mucho, y nos encontramos ante
situaciones como esta en muchas ocasiones, teniendo que tomar decisiones
importantes de aptitud o contraindicación para el deporte de competición. Por
ello la publicación de las nuevas recomendaciones de la AHA/ACC (American Heart Association/American College of Cardiology) sobre aptitud y
descalificación de los deportistas de competición con anomalías cardiovasculares,
ha servido para unificar y clarificar conceptos y decisiones. Este documento tiene
16 bloques o 'Task Force', y el que se dedica a las enfermedades del pericardio
es el “Task Force 3”, que está basado en recomendaciones de expertos y 64 citas
bibliográficas (ver referencia al final).
Deportistas y Pericarditis. Actitud
a tomar:
Los deportistas con pericarditis, independientemente
de su patogenia, no deben participar en deportes competitivos durante la fase
aguda.
Estos atletas pueden volver a la
actividad completa cuando hay ausencia
completa de evidencia de enfermedad activa, incluyendo la ausencia de derrama pericárdico en la
ecocardiografía-Doppler, y la
normalización en la analítica sanguínea de los marcadores séricos de inflamación.
Para la pericarditis asociada con
evidencia de afectación miocárdica, la reincorporación también debe basarse en el curso de la
miocarditis.
Aquellos
deportistas con una enfermedad pericárdica que evoluciona a fase constrictiva, está
desaconsejado la práctica de todos los deportes competitivos (Clase III, Nivel de Evidencia C) .
Deportistas y Miocarditis. Recomendaciones:
Antes de volver a los deportes de competición, el
deportista debe someterse a un ecocardiograma en reposo, Holter-ECG de 24 horas, y una prueba de esfuerzo
(ECG de esfuerzo) en un periodo no inferior a los 3 a 6 meses después de la enfermedad
inicial (Clase I Nivel de
evidencia C).
Es razonable que los deportistas reanuden su entrenamiento y
competición si se cumplen todos los siguientes criterios (Clase IIa, Nivel de Evidencia C):
a) La función sistólica ventricular haya regresado al rango normal, en caso de
empeoramiento con el proceso miopericárdico.
b) Los marcadores séricos de lesión miocárdica, inflamación e insuficiencia cardíaca se hayan normalizado.
b) Los marcadores séricos de lesión miocárdica, inflamación e insuficiencia cardíaca se hayan normalizado.
c) Las arritmias clínicamente relevantes tales como formas
repetitivas frecuentes o complejas de actividad ectópica ventricular o
supraventricular estén ausentes en el Holter-ECG y con la realización de una prueba de
esfuerzo.
Los deportistas con
miocarditis probable o definida no deben participar en deportes de competición
mientras que la inflamación activa está presente. Esta recomendación es
independiente de la edad, el sexo y la función del ventrículo izquierdo (Clase III, Nivel de Evidencia C).
CONCLUSIONES:
Por lo tanto, en
relación con la miocarditis, las recomendaciones actuales son: El deportista no debe volver a la actividad
competitiva como mínimo en 3-6 meses desde el proceso agudo, y siempre y cuando
recupere la función ventricular normal en la ecocardiografía, las troponinas se
encuentren en rango de normalidad, y no presente arritmias en Holter ECG y
prueba de esfuerzo.
Referencia
Maron BJ, Zipes DP, Kovacx
RJ. Eligibility
and Disqualification Recommendations for Competitive Athletes With
Cardiovascular Abnormalities: Preamble, Principles, and General
Considerations General
Considerations. JACC, Volume 66, Issue 21, Pages 2343-49.