💻 Dr. Fernando de la Guía @Cardio_delaGuia
1.
¿Cómo puede suceder esto en
deportistas supuestamente sanos?
2.
¿Estos eventos podrían haber
sido evitados?
Como hemos mencionado en varios post de nuestro blog de
cardiología del deporte, la enfermedad coronaria, cuya máxima expresión es el
infarto de miocardio, es la causa principal de MSC relacionada con el ejercicio en deportistas de
más de 35 años.
Y, evidentemente, estos atletas también pueden tener factores de
riesgo asociados con esta enfermedad coronaria (hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia,
estrés psicológico y emocional, predisposición genética, incluso tabaquismo).
A estos "tradicionales"
factores, vamos a tener que añadir "nuevos"
factores que se están incorporando, como son la lipoproteína (a), la homocisteína,
la proteína C reactiva, partículas de colesterol de lipoproteínas pequeñas y
densas de baja densidad. fibrinógeno y mieloperoxidasa, etc. Por eso, el
hecho de ser deportista profesional o realizar deporte de forma habitual, no es
eximente para poder padecer un evento coronario agudo.
Siempre se insiste en la realización de una adecuada evaluación
cardiaca previa a cualquier participación deportiva, donde se deberían incluir
una completa anamnesis y exploración física detallada, así como la realización
de pruebas complementarias, como son el electrocardiograma, un ecocardiograma
para valoración funcional y anatómica del corazón y una prueba de esfuerzo,
mejor con análisis de gases o ergoespirometría), aunque en muchas ocasiones, a
pesar de la realización de estos chequeos o controles, el riesgo sigue estando
presente y no sean diagnosticados, y por ello se puedan añadir más estudios
complementarios, como son la TAC coronaria, para análisis de calcificación de
la arteria coronaria, que es más frecuente entre los corredores de maratón y
ciclistas de resistencia veteranos, aunque últimos estudios han demostrado que
se tratarían de placas calcificadas que son más benignas.
Este trabajo incide en la utilidad de nuevas variables
biológicas (biomarcadores genéticos, transcriptómicos y/o epigenéticos) para detección
genética y evaluación de riesgo de enfermedad coronaria en personas
asintomáticas.
Y finalmente la pregunta que todos nos hemos planteado cuando
suceden estos hechos: ¿Podrán volver a
competir?
En resumen, se recomienda que un atleta-paciente que haya
sufrido un infarto de miocardio que ha precisado de una revascularización
completa (bien con implante de stents o cirugía by-pass) y sin isquemia
residual vuelva al ejercicio gradual tan pronto como sea posible, con la importancia
que tienen los programas de rehabilitación cardíaca, evaluándose a los 3 meses
la posibilidad de reincorporación al deporte de competición, si han tolerado adecuadamente
un aumento gradual en la carga de trabajo.
Otro tema a valorar y que marcará su
inmediata reincorporacion al deporte de competición será la presencia de "contacto" en sus actividades
deportivas, ya que estos deportistas están tratados con medicacion
antiagregante (aspirina junto a otra medicina: clopidogrel, ticagrelor o
prasugrel) que les aumenta el riesgo de un sangrado traumático.
Así pues, si el deportista tras un evento coronario ha precisado
de un cateterismo con implante de uno o varios stents intracoronarios, debemos
subrayar que si desean volver a competir, deberán
esperar por lo menos un mínimo de 3 meses y realizar evaluaciones
cardiológicas para valorar los pros y los contras, porque no debemos olvidar
que se estamos hablando de deportistas profesionales o semi-profesionales en
los que también entran aspectos económicos muy importantes. El diálogo, la
comunicación entre médico y paciente es esencial, y entre todos se debe
consensuar lo mejor para el paciente y su entorno.
Muy interesante artículo el publicado en la Revista Europea de Cardiología
Preventiva; os dejamos aquí el enlace:
REFERENCIA
Sanchis-Gomar,
F., Perez-Quilis, C., Pareja-Galeano, H., & Lippi, G. (2019).
Undetected coronary artery disease in apparently
healthy athletes. European Journal of Preventive Cardiology. 2019.
https://doi.org/10.1177/2047487319859970