Esta pandemia nos está afectando a todos de
diferentes formas (familiar, profesional, emocional) con cambios marcados en
nuestros hábitos de vida. Se han restringido muchas rutinas (viajes, gimnasios,
relaciones sociales), y el ejercicio físico también se ha visto influenciado en
nuestro día a día.
Comentamos este estudio observacional
retrospectivo 1 que tenía
como objetivo valorar si la realización de actividad física de forma
habitual podría tener un efecto protector de resultados graves de COVID19.
La principal fortaleza de este estudio
norteamericano es el gran número de pacientes con COVID19 que se incluyeron
(48.440 personas), así como la diversidad demográfica (incluye casi un 65% de
personas con ascendencia hispana, que han tenido una gran afectación por
coronavirus en EE.UU). Las principales limitaciones son que la medida de
actividad física fue autoinformada a través de cuestionarios y no hubo una
medida de la intensidad del ejercicio más allá del umbral de ejercicio moderado
a extenuante.
Al tratarse de un estudio observacional no se
puede concluir que la actividad física está relacionada casualmente con
resultados COVID19 menos graves, ya que evidentemente aquellas personas con una
enfermedad subyacente importante pueden tener menos probabilidades de incluir
el ejercicio en rutina diaria.
Si que se aprecia que, en comparación con los
pacientes constantemente inactivos, aquellos que declaraban alguna actividad
física tenían menores probabilidades de hospitalización y muerte, lo que sugiere
que cualquier cantidad de actividad física puede tener un beneficio.
La edad media de las personas incluidas fue de 47,5
años, y el 61,9% fueron mujeres. El 14,4% permanecía inactivo de forma
constante, y el resto se encontraba en la categoría de alguna
actividad. Los pacientes blancos fueron más propensos a cumplir
consistentemente con las pautas de actividad física (9,4%), seguidos por los
pacientes asiáticos (7,3%), los pacientes hispanos (5,5%) y los pacientes
afroamericanos (4,6%). Hay que destacar que el índice de masa corporal
medio fue elevado (obesidad, 31,2). Más de la mitad (51,4%) de los
participantes no tenía comorbilidades, el 17,4% tenía solo una y el 31,3% tenía
dos o más. El porcentaje de los que cumplían sistemáticamente las pautas
de actividad física fue menor entre los que padecían enfermedades crónicas
(incluida la obesidad) y los que fumaban.
Aquellos que cumplían constantemente con las
pautas de actividad física tenían menos probabilidades de ser hospitalizados,
ingresados en la UCI o morir relacionados con COVID-19 que aquellos que
estaban constantemente inactivos o realizaban alguna actividad. Además, se
observó una tendencia similar para aquellos que estaban realizando alguna
actividad en comparación con aquellos que estaban constantemente inactivos.
Hay que destacar
que estar constantemente inactivo aumentó las
probabilidades de hospitalización 2,26 veces comparados con aquellos que cumplían
las pautas de actividad física; aquellos que estaban realizando alguna
actividad tenían 1,89 veces más probabilidades de hospitalización que aquellos
que cumplían constantemente las pautas de actividad física.
Por lo tanto, que conclusiones se pueden obtener de este trabajo:
1) El cumplimiento
constante de las pautas de actividad física se asoció fuertemente con un riesgo
reducido de resultados graves de COVID-19 entre los adultos infectados.
2) Los pacientes con COVID-19 que estuvieron constantemente
inactivos durante los 2 años anteriores a la pandemia tenían más probabilidades
de ser hospitalizados, ingresados en la unidad de cuidados intensivos y morir
que los pacientes que cumplían constantemente las pautas de actividad física.
3) Es vital promover la
actividad física por todos los organismos públicos y sanitarios. Ejercicio es
salud.
Este estudio coincide con un trabajo español 2 con 552 pacientes, donde subrayan que un estilo de vida
sedentario de base aumenta la mortalidad de los pacientes hospitalizados con
COVID-19 independientemente de otros factores de riesgo previamente
descritos, remarcando que este hallazgo puede ser de gran utilidad en la
prevención de la enfermedad grave por COVID-19.
Os dejo la referencia de ambos artículos para su lectura.
REFERENCIA
1. Sallis R, Young DR, Tartof SY,
et al. Physical inactivity is associated with a higher risk for severe
COVID-19 outcomes: a study in 48 440 adult patients. British Journal of
Sports Medicine. Published Online First: 13 April 2021. Enlace
al artículo
2. Salgado-Aranda
R, Pérez-Castellano N, Núñez-Gil I, et al. Influence of Baseline Physical Activity as a Modifying
Factor on COVID-19 Mortality: A Single-Center, Retrospective Study. Infect
Dis Ther. Published Online First: 14 March 2021. Enlace al artículo