Los ácidos grasos omega-3 son uno de los productos farmacéuticos más consumidos a nivel mundial, son muy populares, de tal modo que en 2019, el mercado mundial alcanzó los 4100 millones de dolares y los cálculos es que esa cifra se duplique para el 2025.
La información que existe sobre ellos es que son muy saludables, y entre los deportistas, es uno de los productos que se suelen consumir con mayor asiduidad, sobre todo en aquellos que tienen elevados los niveles de colesterol, y no desean iniciar tratamiento con estatinas,
Recientemente se ha publicado un estudio en la prestigiosa revista JAMA (VITAL Rhythm Study) donde se examinó el riesgo de fibrilación auricular (FA), la arritmia cardíaca más común, con la ingesta de ácidos grasos omega-3.
A este respecto convendría comentar que en estos últimos años, y ante el importante repunte de consumo que estaban tomando los ácidos grasos omega-3, se publicaron 4 ensayos clínicos aleatorizados, que han aportado información sobre el riesgo de FA con la ingesta de ácidos grasos omega-3.
- Ensayo STRENGTH: 13.078 pacientes de alto riesgo con enfermedad cardiovascular fueron aleatorizados para recibir una dosis alta, 4 g/día, de una formulación de ácido carboxílico de ácidos grasos omega-3 (una combinación de ácido eicosapentaenoico [EPA] y docosahexaenoico ácido [DHA]) o aceite de maíz. Después de una mediana de 42 meses, no hubo diferencias significativas entre los 2 grupos aleatorizados en el criterio de valoración cardiovascular primario compuesto, pero hubo un aumento en el riesgo de desarrollar FA en el grupo de ácidos grasos omega-3 en comparación con el grupo de aceite de maíz ( 2,2% frente a 1,3%; índice de riesgo, 1,69; IC del 95%, 1,29-2,21; p <0,001).
- Ensayo REDUCE-IT: 8.179 participantes fueron asignados al azar a una dosis alta (4 g/día, como en el estudio STRENGTH) de una preparación de ácidos grasos omega-3 que consistió en EPA purificado (etilo de icosapento) o aceite mineral. Después de una mediana de seguimiento de 4,9 años, el etilo de icosapento produjo una reducción relativa del 25% en el end-point cardiovascular compuesto primario en comparación con el aceite mineral. Igualmente hubo un aumento significativo del riesgo de FA con los ácidos grasos omega-3 en comparación con el aceite mineral (el 5,3 frente al 3,9%; p =0,003).
- Ensayo OMEMI: 1.027 pacientes con antecedentes de infarto de miocardio reciente fueron aleatorizados para recibir una dosis intermedia, 1.8 g/día, de ácidos grasos omega-3 (una combinación de EPA y DHA) o aceite de maíz. Después de 2 años, no hubo diferencias significativas entre los 2 grupos en el criterio de valoración cardiovascular primario compuesto, pero el 7,2% del grupo de ácidos grasos omega-3 frente al 4,0% del grupo de aceite de maíz desarrollaron FA (índice de riesgo, 1,84; 95% IC, 0,98-3,45; p = 0,06).
- VITAL Rhythm Study: 12.542 participantes fueron asignados al azar para recibir una dosis estándar de ácidos grasos omega-3, 840 mg/dia (una combinación de EPA y DHA) y 12.557 recibieron placebo. Después de una mediana de 5,3 años, la incidencia de FA fue de 7,2 por 1000 personas-año en los que tomaban ácidos grasos omega-3 frente a 6,6 por 1000 personas-año en los que tomaban placebo (índice de riesgo, 1,09; IC del 95%, 0,96-1,24 ; P =0,19).
Así pues, y si tomamos el conjunto de los resultados de estos 4 ensayos, se sugiere que puede haber un riesgo de FA relacionado con la dosis con la ingesta de ácidos grasos omega-3.
- A una dosis de 4.0 g/día, hubo un aumento estadísticamente significativo en el riesgo (casi el doble).
- Con una dosis intermedia de 1,8 g/día, el aumento del riesgo (índice de riesgo, 1,84) no alcanzó significación estadística,
- Y con una dosis diaria estándar de 840 mg/d, no hubo un aumento aparente del riesgo (aunque los datos fueron coherente con un aumento del riesgo de hasta un 24%).
Qué conclusión se podría obtener y transmitir a nuestros pacientes:
Los pacientes que opten por tomar ácidos grasos omega-3, especialmente en dosis altas, deben ser informados del riesgo de fibrilación auricular y deben ser objeto de seguimiento para detectar el posible desarrollo de esta arritmia común y potencialmente peligrosa.
REFERENCIA
Albert CM, Cook NR, Pester J, et al.
Effect of marine omega-3 fatty acid and vitamin D supplementation on incident atrial fibrillation: a randomized clinical trial.
JAMA. Published March 16, 2021.